¿Qué está ocurriendo actualmente en el Sahara Occidental? En el Sahara se ha dado este 13 de noviembre de 2020 una ruptura del cese al fuego entre el Frente Polisario y Marruecos. La causa se encuentra en la irrupción de Marruecos en la franja que se encuentra en el “muro de la vergüenza”. El Frente Polisario ha dado una respuesta con el Ejército de Liberación Saharaui ya que se entiende que es una violacion flagrante a los acuerdos acordados en su momento con las Naciones Unidas. Todo esto ha derivado en un conflicto bélico a lo largo de todo el muro del Sahara Occidental contando con bombardeos y ataques a posicionamientos de bases del Ejercito Marroquí. A nivel histórico, ¿de dónde viene el conflicto? Se trata de un conflicto que nace en la época de descolonización del continente africano, en la década de los años 60. Para situarnos en el contexto histórico hay que recordar que el continente fue colonizado por Europa en el siglo XIX con la famosa Conferencia de Berlín en la cual se hizo el reparto del territorio. El Sahara Occidental pasó a ser parte de España, por lo que se inició la colonización de la zona mandando exploradores como Cervera o Quiroga. Posteriormente se fundó una pequeña factoría para instalar una flota de pesca en el banco saharo-canario, muy rico en todo tipo de pesca. Partiendo de este interés por el banco de pesca, se fueron implantando factorías en distintas zonas y a continuación llegó el militar español africanista Francisco Bens que inició la colonización efectiva con un carácter pacífico. Surgieron ciudades como Dajla, un núcleo económico y pesquero. Con el descubrimiento de las minas de fosfato nació la zona del Aaiún y se permitió la explotación de sus minas. La población saharaui era muy pequeña pero la actividad económica fue poderosa. La monarquía marroqui, desde su independencia, adoptó un discurso expansionista y no aceptó las fronteras coloniales. Es por ello que se aventuró a invadir la zona este de Argelia iniciando la famosa Guerra de las Arenas. Debido a esta deriva expansionista que siempre ha tenido la monarquía, en el año 75 y frente a una transición incierta en españa, Marruecos lanzó la Marcha Verde, que no era más que una ocupación militar del Sahara. Posteriomente vinieron los bombardeos y la poblacion saharaui empezo su huida. Comenzó entonces la guerra entre Mauritania, que también buscaba la ocupación, y Marruecos. Más tarde Mauritania salió del conflicto reconociendo la República Saharaui, oportunidad que aprovechó Marruecos para anexionar la zona sur. El ejército saharaui ha sido siempre inferior pero ha sabido plantear una guerra inteligente basada en el ataque a bases marroquíes durante los primeros 16 años de guerra. No hay que olvidar la responsabilidad histórica de España en este conflicto ya que el Sahara fue la provincia 53 del estado español. Los saharauis fueron en su momento nacionales españoles por lo que el estado español cometió un grave error al no cumplir el protocolo de la ONU que exigía el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, con una descolonización ordenada, legítima y basada en el derecho a la independencia. España abdicó de esa responsabilidad y firmó el acuerdo Tripartito de Madrid en el que se entregaba la parte norte del Sahara a Marruecos y la parte sur a Mauritania a cambio de derechos de pesca y minería. Entre tanto, el pueblo saharaui se quedó sin nada y vio cómo bajaba la bandera española para subir la marroquí. El pueblo del Sahara es muy inferior en población pero fueron capaces de plantear una guerra y una resistencia que dura ya más de 45 años y ha derivado este 13 de noviembre en un nuevo escenario bélico. ¿Cómo ha tratado Europa el conflicto? Si realmente Europa apoya los derechos humanos, la autodeterminación de los pueblos y la libertad individual y colectiva, no puede mantener una relación basada en los intereses económicos y comerciales y la Realpolitik con el régimen marroquí. Lo que no puede hacer la Unión Europea en su apuesta con Marruecos es decir “usted puede violar el derecho internacional”, “usted puede ocupar un territorio cuya soberanía nadie ha reconocido”. No debe permitir la actuación de Marruecos sofocando el Rif y el Movimiento 20 de febrero y no abrir ningún foco de libertad ni ninguna reforma. No puede envalentonar la monarquía feudal marroquí, que gobierna sin ningún tipo de separación de poderes ni se acerca a una monarquía parlamentaria. El rey designa a los ministros e interviene en la gobernanza del país. Europa se equivoca en esta política exterior al mirar solo los intereses económicos con Marruecos y no mirar los derechos humanos o el aspecto democrático. La Declaración de los Derechos Humanos, tan básica y fundamental, debería servir para basar nuestra relación con los demás pueblos. No pueden primar los permisos de pesca, minería, inversión o control de la inmigración. La parte sur y norte del mar Mediterráneo y el Atlántico occidental merece vivir en paz y que el conflicto finalice respetando los derechos y la libertad de opinión. Hay que darle a la MINURSO un componente de derechos humanos y no usar el derecho de veto, como hace Francia, para dar cobertura a una dictadura como la marroquí y por otra parte vender una imagen de defensor de los derechos, libertad de expresión… El estado francés haciendo esto permite que mujeres saharauis sean torturadas y asesinadas así como una ocupación contra todo un pueblo. Es una contradicción terrible y no se puede entender si no es desde el absurdo pragmatismo de la Realpolitik y de los intereses económicos y políticos que reinan en este mundo. Actualmente, ¿cuánta población saharaui está en los campos de desplazados y cuál es la situación allí? Actualmente contamos con una población de más de 180000 habitantes en los campos de refugiados. Estos campamentos surgen en 1976 con las primeras jaimas o tiendas de campaña instaladas en esa parte del sur-oeste de Argelia, al sur de la ciudad argelina de Tinduf. La República Saharaui proclama el 27 de febrero de 1976 distribuir cuatro campamentos a lo largo de la zona, empleando nombres de ciudades saharauis hoy en día ocupadas. En la parte administrativa tenemos la zona conocida como Rabuni, capital de la República en el exilio, donde se encuentran los ministerios. Los campamentos cuentan una separación entre ellos de varios kilómetros desde Rabuni. El campamento de Dajla, que está más al sur, recoge cada año el festival de cine Fisahara al que han acudido personalidades como Javier Bardem. Ellos mismos, en su medida, han sido también portavoces de la causa saharaui. No hay que olvidar que Bardem hizo uno de los mejores documentales sobre esta causa (“Hijos de las Nubes. La última colonia”) el cual obtuvo un premio Goya. En él se entrevistaron a varios diplomáticos. Uno de ellos, el exembajador de Francia en la ONU, le dijo que Marruecos “era como una amante en términos políticos” y que Francia estaba obligada a “acostarse con ella y seguir sus caprichos”. Los campamentos tienen escuelas, hospitales… Hay una escuela de bachiller que se llamada Simón Bolívar, escuelas de formación profesional… Se vive una situación precaria, la población saharaui no tiene agua y solo cuenta con lo que hay acumulado en las bolsas del desierto, creadas a lo largo del tiempo tras las inundaciones históricas. Son lagos subterráneos en Rabuni y sirven hoy en día para llevar el agua a los campamentos a través de cisternas.Se ha intentado potabilizar el agua de la zona pero contiene muchos minerales que la hacen prácticamente inservible. La electricidad también se ha intentado implantar debido a la mejora de las instalaciones de los campamentos (cables eléctricos, placas solares, casas de barros, internet…). El pueblo saharaui depende de la ayuda humanitaria, de ACNUR, de la Unión Europea, de la ayuda de países como Argelia, Cuba, México… Desde América Latina y África llega mucho apoyo a la causa saharaui como puede ser el caso de Bolivia, Nicaragua y Panamá o Angola y Nigeria. En resumidas cuentas, es una situación precaria, con una generación encerrada en el exilio y con personas en sus 20 que ya han nacido en estos campamentos y ya han tenido hijos allí. ¿Qué importancia tiene el movimiento feminista y juvenil dentro de la lucha del pueblo saharaui? El Frente Polisario nace de aquellos movimientos de izquierdas anticolonialistas por lo que en su ideología siempre ha habido una importancia del papel de la mujer. Se buscaba acabar con el régimen colonial y fundar una nueva sociedad que contara con el derecho de la mujer, el derecho de la juventud, el derecho de escolarización, sanidad universal… El movimiento feminista saharaui ha tenido numerosas etapas. Para comenzar, las mujeres fueron claves en los tiempos de guerra en la retaguardia. Construyeron los campos de refugiados y organizaron todo el tejido educativo, social y económico. Gestionan con total eficacia los campamentos y educaron a varias generaciones. La mayoría de enfermeras y profesoras eran mujeres. Cuentan con la Unión Nacional de Mujeres Saharauis que está en contacto con otras organizaciones feministas del marco internacional. En el gobierno saharaui las mujeres también están representadas a través de la ministra de sanidad y ex delegada del frente polisario, entre otras. La mujer ha gozado de sus derechos en la sociedad saharaui y es concebida como un sujeto libre de ejercer su desplazamiento, independencia económica, libertad, autodeterminación… En ese sentido, nuestro pueblo ha dado pasos muy importantes. La juventud es hoy en día un grupo mayoritario en el pueblo saharaui y sin ella esta lucha no tiene sentido. De hecho, quien ha exigido el inicio de la guerra, harta del viejo discurso y las hostilidades, ha sido la juventud. Es una juventud decisiva que compone el 80% del Ejército de Liberación Saharaui y el 80% de la población refugiada. Cuenta con una Organización de Jóvenes Saharauis a nivel de los campamentos y otra en el exilio que participa en la lucha y reivindicaciones. ¿Cuáles creeis que son las perspectivas de futuro dentro de la lucha? Para mi, y lo digo sinceramente, el futuro es impredecible. La situación en el Sahara Occidental es anómala y se trata de una guerra por lo que no podemos predecir qué es lo que va a ocurrir. Es una situación muy difícil y dura para nuestro pueblo en la que hemos perdido la esperanza totalmente en las Naciones Unidas y el en Consejo de Seguridad tras 29 años esperando un acuerdo de paz que Marruecos ha destruido y minado. En este momento estamos desesperanzados, sabemos que tenemos un ejército inferior, que nuestros aliados no son tan poderosos como los de Marruecos, que nuestra población es inferior…Estamos desamparados, nadie nos tiende la mano ni entiende nuestra legítima y justa reivindicación y lo que han hecho ha sido ponernos soluciones absurdas desde la Realpolitik y los intereses económicos y comerciales. No creen en los derechos humanos, el derecho de la autodeterminación y la historia trágica y terrible de un pueblo como es el pueblo del Sahara Occidental. Sin embargo, jamás vamos a permitir que se nos robe nuestro territorio, nuestra lengua, nuestra cultura ni nuestra dignidad e identidad. En ello nos va la vida; tanto a la generación joven como a los mayores. ¿Qué le diría al gobierno de Pedro Sánchez y a la gente que no conoce el conflicto? A Pedro Sánchez le pediría, retomando las palabras del delegado del Frente Polisario, que no perjudique la causa del pueblo saharaui. Que entienda, ya que habla tanto del derecho de las mujeres, del derecho de los parados, que nuestra causa es justa y que no nos hemos inventado la ocupación de Marruecos ni el colonialismo. Somos las víctimas y la guerra no es un invento. Hay unas palabras del premio nobel sudafricano Desmond Tutu que dice que realmente “hay que posicionarse siempre del lado de los oprimidos, del lado de la justicia y de quienes tienen el derecho y la razón”. Pedro Sánchez debería hacer esto y posicionarse con el pueblo saharaui ya que es el lado correcto en esta lucha y conflicto. ¿Qué podemos hacer nosotros para ayudar desde aquí? Considero que una de las cosas que podéis hacer es difundir el mensaje y extenderlo a vuestro ámbito social y político. Por el lado humanitario, existen unos campos refugiados con una situación muy dura con los que se puede colaborar. El aspecto más importante es el político. La lucha no es para adquirir becas, medicamentos, comida… es una lucha por recuperar nuestros derechos económicos, políticos y sociales. Queremos volver a nuestro Sahara Occidental libres para así poder autogestionar el territorio del que hemos sido despojados y expulsados hace más de 40 años. Por tanto mi mensaje es que difundáis la causa pero siempre desde una reivindicación política clara acompañada de una explicación del origen del conflicto para extenderlo a toda Europa y sus generaciones. Por más que intentemos esconder, el conflicto permanece y es una desgracia para todos. Entrevista realizada por Jara Cegarra, Rubén Márquez y Paula Mercader. Desde Politeia enviamos todo el apoyo al pueblo saharui y agradecemos a Ali Salem Iselmu por concedernos esta enrevista.
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Este primer paso demuestra los frutos de un sistema empobrecido y una ciudadanía empoderada. A la destitución de Martín Vizcarra, expresidente de Perú, le sucedió la llegada al poder de dos mandatarios más, logrando establecer un nuevo récord para el país: 3 Presidentes en una sola semana. En el medio, la población no se quedó callada y tomó las calles para demostrar su descontento, transformándose en víctima de la represión policial, lo que profundizó su capacidad de organización y protesta. Cabe ahora preguntarse, ¿qué fue lo que desencadenó esta serie de sucesos? En el mes de septiembre el ex Jefe del Ejecutivo, Martín Vizcarra, había tenido que enfrentar la búsqueda por parte del Congreso de la República de lograr la llamada “vacancia presidencial”. Sin embargo, en aquella oportunidad la medida – impulsada por 6 de las 9 fuerzas políticas del Legislativo – fue rechazada por 78 congresistas, mientras que 32 se abstuvieron, por lo que el voto positivo de 32 de ellos no fue suficiente. A Vizcarra se lo acusa de haber aceptado sobornos ofrecidos por el Club de la construcción entre 2013 y 2014, cuando se desempeñaba como Presidente Regional de Moquegua (uno de los 24 departamentos de la República). Aquel “club” se trata de un cártel de empresas constructoras tanto nacionales como extranjeras que trabajaban por la obtención de licitaciones públicas de grandes infraestructuras. De este modo, Vizcarra – que niega toda acusación – habría recibido más de 600mil dólares. La investigación aún era prematura, pero la destitución fue efectuada de todos modos luego de que se conocieran unas grabaciones en las que el Presidente, un asesor y su Secretaria General de la Presidencia acordaran qué declarar acerca de Richard Cisneros, un cantante acusado de recibir 9 contratos estatales durante la presidencia de Vizcarra. De todos modos, ese primer intento perdió apoyo luego de que el Presidente del Congreso, Manuel Merino, reconociera haber llamado a jefes militares para que actuaran en contra de Vizcarra. Ello no es un dato menor, considerando que Perú, como el resto de América Latina, sufrió a lo largo de su historia, pero principalmente durante el siglo XX, continuos golpes de Estado, influenciados primordialmente por las cúpulas militares. Sin embargo, el 9 de noviembre se emprendió una segunda vacante presidencial, siendo esta vez exitosa, con el apoyo de 105 parlamentarios. Ahora bien, no se puede ignorar que esta realidad no se trata de un mero hecho aislado y coyuntural. Muy por el contrario, la crisis que hoy azota a Perú se viene gestando desde hace años, enraizándose hasta tornarse parte de la misma estructura y cultura política. En realidad, Perú es el país de Latinoamérica con más expresidentes presos. Además, una gran parte de los miembros del Congreso se encuentran bajo investigación. Entre los ex mandatarios se encuentran Alberto Fujimori (1990-2000), quien fue condenado a 25 años de prisión por homicidio y corrupción; Alejandro Toledo (2001-2006) fue arrestado en Estados Unidos por cargos de corrupción; Alan García (2006-2011) fue acusado de soborno, quitándose la vida en abril de 2019 cuando iba a ser arrestado; Ollanta Humala (2011-2016) goza de libertad condicional luego de habérselo acusado por lavado de activos; por último se encuentra Pedro Pablo Kuczynski, quien fue electo Presidente en 2016, pero que fue destituido en 2018, estando actualmente en arresto domiciliario por lavado de activos relacionados con la constructora Odebrecht, fue este el motivo que llevó al entonces Vicepresidente Martín Vizcarra a la presidencia. Vizcarra gozaba de altos índices de aprobación a pesar de no haber sido electo por mandato popular, algo que se debe, principalmente, a la lucha contra la corrupción que se encargó de encarnar. No obstante, tal realidad no se reflejaba al interior de los órganos de gobierno, donde el apoyo legislativo era realmente escaso dado que en las elecciones del 2016 la fuerza fujimorista (Fuerza Popular) había logrado consagrarse como mayoría. Desde ese entonces, la relación Ejecutivo-Legislativo se caracterizó por su conflictividad. Eso fue lo que motivó a la disolución del Congreso en septiembre de 2019, luego de que el Presidente planteara – por tercera vez en el año – una cuestión de confianza en el Congreso. Dado que los congresistas decidieron tratar primero el nombramiento de un nuevo magistrado del Tribunal Constitucional y luego pasar a discutir la cuestión de confianza, Vizcarra entendió que eso bastaba para tomarla como negada, y procedió a disolver el Parlamento, convocando a elecciones extraordinarias en enero del 2020. Ello no mejoró la situación ya que si bien el fujimorismo perdió presencia en las bancas, el Legislativo queda altamente fragmentado, recibiendo ahora 9 partidos distintos (inclinados mayormente a la derecha) y 4 diputados independientes, manteniéndose fuerte la oposición al Presidente. A esto debemos sumarle cuestiones institucionales que debilitan la estabilidad del régimen político. Básicamente, poner en marcha la destitución de un Presidente es relativamente sencillo en Perú, que a pesar de ser presidencialista, su Poder Legislativo cuenta con bastante poder de control sobre el Ejecutivo. Así, se requiere que tan solo un 20% de los congresistas (26 de los 130) solicite la vacancia, con el apoyo del 40% se admite y con el voto afirmativo del 66% se logra la aprobación. Por otro lado, suelen ser debates muy rápidos, que se extienden tan sólo durante unas horas. Todo ello se ve aún más facilitado al tener en cuenta que el Congreso es unicameral, por lo que no existe una segunda instancia legislativa que pueda entorpecer la decisión tomada. Adicionalmente, el motivo señalado para la destitución ha sido el de “incapacidad moral”, figura que data desde la Constitución de 1839 y se ha mantenido en las consecuentes reformas. El problema aquí se encuentra en la amplitud y ambigüedad residente en tal término, que puede incluir desde enfermedad, muerte o falta de autoridad moral para ejercer el cargo. Es así que, una vez que Vizcarra abandona el cargo, este es asumido por Manuel Merino (Acción Popular), lo que le corresponde por ser Presidente del Congreso y no existir un Vicepresidente en vigencia. Sin embargo, menos de una semana después debe renunciar, llamando a la paz y a la unidad, ya que varios líderes políticos exigieron su dimisión y otros tantos Ministros renunciaron. Pero por sobre todo, un factor clave que explica su retiro proviene de la presión que emerge desde las calles por considerar que el nuevo mandatario no les representa constitucionalmente. Esa presión se intentó apaciguar y troncar por medio de la represión policial. Por supuesto nada bueno sale de ello, ya que el pueblo peruano, además de las heridas producidas por un sistema corrupto y completamente ajeno al bienestar general, ahora debe lamentar dos víctimas fatales: Inti Sotelo Camargo (24) y Bryan Pintado Sánchez (22), cuyas autopsias demuestran que ambos recibieron el impacto de armas de fuego. A ello se suman más de 100 heridos y, también, la denuncia de varios desaparecidos. El hartazgo social, que viene acumulándose desde hace décadas, llevó a que los ciudadanos se organizaran por medio de las redes sociales, llamándose a hacer uso del espacio público y de sus voces. Claramente Vizcarra tenía una alta aceptación social, pero las debilidades institucionales, el avance de la corrupción, la crisis de representatividad que viene desarrollándose desde la década del ’80, la alta fragmentación partidaria (actualmente existen más de 24 partidos registrados) y los efectos económicos y sanitarios que lo condenan como el país con peor desempeño de la región, son todas variables que pesan en la accountability ciudadana. Llegamos así al 16 de noviembre, día en el que el Congreso nombra como nuevo Presidente de la República a Francisco Sagasti. Este proviene del Partido Morado y fue mejor recibido debido a que se le considera como una figura más neutral, quien también – como portavoz de su partido – se opuso a ambas mociones de censura efectuadas a Vizcarra. Aun así, no debemos perder de vista la mirada escéptica de los peruanos y peruanas, dispuestos a protestar ante cualquier nueva violación a sus derechos y bienestar. Ante esto, Sagasti tiene la responsabilidad de asegurarle a la población un período de estabilidad y transparencia hasta abril del año entrante, momento en el que deben llevarse a cabo elecciones presidenciales. Este período de renovación pareciera ya haber iniciado, puesto que el 10 de diciembre se aprobó con 103 votos la reforma del artículo 93 de la Constitución, dejando atrás el mandato imperativo y la interpelación a la que estaban sujetos los congresistas, lo que les aseguraba impunidad. Así, cualquier proceso por delito común que se abra en su contra deberá ser llevado adelante por el Tribunal Supremo. A pesar de que resta que la modificación sea ratificada en la siguiente legislatura con un respaldo de al menos 87 parlamentarios, este primer paso demuestra los frutos de un sistema empobrecido y una ciudadanía empoderada. Redactado por Dolores Domínguez. BIBLIOGRAFÍA
https://elpais.com/internacional/2020-09-14/la-propuesta-para-destituir-al-presidente-de-peru-pierde-fuerza.html https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54896219 https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54960439 https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/11/10/el-congreso-de-peru-aprobo-la-destitucion-del-presidente-martin-vizcarra/ https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/12/11/el-congreso-de-peru-aprobo-una-reforma-de-la-constitucion-que-elimina-la-inmunidad-parlamentaria/ https://www.oas.org/juridico/spanish/per_res17.pdf https://www.rionegro.com.ar/el-presidente-de-peru-podria-caer-por-el-contrato-de-un-cantante-1496892/ https://www.youtube.com/watch?v=g3bC_kQ-VgM&ab_channel=MemoriasdePez https://www.youtube.com/watch?v=IAJXM0bQxoE&ab_channel=BBCNewsMundo https://www.youtube.com/watch?v=VFrHtlGxxqM&ab_channel=TodoNoticias El 10 de noviembre finalizó el conflicto que se encontraba en una paz tensa desde el año 2016. Pese a su situación estratégica, la difusión mediática se ha encontrado eclipsada por la crisis del Coronavirus, y se enmarca dentro de la restructuración que está sufriendo Eurasia en los últimos años. Armenia y Azerbaiyán son dos países caucásicos independientes. La República de Armenia, de mayoría cristiana, fue el primer país del mundo en adoptar el cristianismo como religión oficial del Estado, en el año 301. Su capital, Ereván, cuenta con más de un millón de habitantes, pero el país es eminentemente pobre, con más de un 30% de la población viviendo en el umbral de pobreza. El país es rico en minerales, los cuáles son la principal exportación. Por el otro lado, la República de Azerbaiyán está poblada mayoritariamente por musulmanes, de los cuáles la gran mayoría son chiitas. Pero no nos dejemos engañar, el país caucásico es uno de los más seculares del mundo musulmán, reconociendo la libertad de culto en el artículo 48 de su constitución. Su capital es Bakú, situada en el mar Caspio. El país es rico en petróleo y gas, lo cual le hace ser un actor importante en la región. Sin ir más lejos, el 3,6% del petróleo español proviene de dicho país. Una vez presentados muy brevemente los dos países, vamos a centrarnos en la región del Nagorno-Karabaj, o República de Artsaj, la causante del conflicto en dicho territorio. Esta región, con capital en Stepanakert, está situada dentro de las fronteras azerbaiyanas pero la población es de mayoría armenia. La URSS intentó refundar la Unión Transcaucásica pero las disputas territoriales entre ambos países se lo impidieron Los problemas en la región se vienen dando desde mucho antes de la desintegración de la Unión Soviética. Si echamos la vista atrás recordaremos las masacres armenio-tártaras en la Rusia zarista a principios de siglo XX. Con la proclamación de la independencia de los dos estados, durante la Guerra Civil Rusa, se conformó la República Democrática Federal de Transcaucásica (Armenia, Azerbaiyán y Georgia), pero aún con esta unión se produjeron disputas territoriales que la hicieron desaparecer. Siguió habiendo más disputas y guerras entre los dos países, como el pogromo de Shusha o la guerra de 1918, hasta que los dos países se integraron a la Unión Soviética. La URSS intentó refundar la Unión Transcaucásica pero las disputas territoriales entre ambos países se lo impidieron, así que, debido a eso, incluyó la región del Nagorno-Karabaj dentro de las fronteras azeríes. Con la crisis soviética y su posterior desintegración, se agudizó el conflicto, que ni mucho menos estaba solucionado, llevando consigo pogromos como el de Bakú o la masacre de Kirovabad. La URSS fue incapaz de evitar estos enfrentamientos, aún imponiendo el estado de excepción. Una vez empezaron a declararse independientes muchos territorios de la Unión Soviética, los nacionalistas armenios de Artsaj también lo hicieron, deseando anexionarse otra vez a Armenia. Con esa declaración en 1991, Azerbaiyán pasó a la ofensiva y empezó una guerra contra la resistencia independentista. Armenia entró en el conflicto para dar apoyo a los que consideraba sus ciudadanos y los dos países se vieron involucrados en un conflicto armado muy sanguinario, ya que la guerra no había sido declarada de forma oficial, con masacres como la de Maraga y con un saldo de miles de muertos y con aproximadamente un millón de refugiados, lo que fue considerado por las autoridades azerís como limpieza étnica. En esta tabla se pueden observar los datos de muertos y heridos por país desglosados en cada año de la guerra: El 12 de mayo de 1994 los dos países decidieron firmar el alto al fuego, y el fin de la guerra. Un alto al fuego impulsado por el Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Armenia ganó la guerra, contra todo pronóstico, y ocupó los territorios del Nagorno-Karabaj. La victoria se debió a la inestabilidad interna que sufría Azerbaiyán. Desde aquél momento hasta la guerra de este año, el territorio de Nagorno-Karabaj se mantuvo en una paz tensa. En 2016 hubo una escalada de las hostilidades con la denominada “Guerra de abril”, que dejó unos 200 muertos, y en el 2017 la República de Artsaj proclamó su independencia, aunque no tuvo ningún reconocimiento internacional. Las conversaciones con el Grupo de Minsk se siguieron dando, sobre todo impulsadas por Moscú, pero tal y como se ha visto no dieron sus frutos, y este mismo año hemos asistido a otra cruenta guerra por el territorio, pero con más actores que los afectados directamente. Esta vez el conflicto empezó el 12 de julio, y el desencadenante, teóricamente, fue un nuevo puesto de control armenio en la frontera con Azerbaiyán, esto le daba cierta ventaja a Armenia y por lo tanto los azeríes lo intentaron destruir. Con este hecho, la noche del 14 de julio en la capital azerí, Bakú, se concentraron miles de personas pidiendo una intervención militar del país en el territorio del Nagorno-Karabaj para recuperar lo perdido en el 1994. Esto ya era un avisó de que una nueva escaramuza se podría dar en el Cáucaso, pero las hostilidades y consigo la guerra como tal, no dio comienzo hasta el 27 de setiembre de este 2020. Azerbaiyán lanzó un ataque sobre la región del Nagorno-Karabaj, con apoyo logístico y militar turco, con la intención de recuperar los territorios perdidos en la primera guerra del Alto Karabaj. No es casualidad que el ataque se lanzase esté año y esa fecha exacta: ·En primer lugar, los Estados Unidos estaban inmersos en unas elecciones de las más trascendentes de las últimas décadas y dos días después del ataque se daba el primer debate electoral entre los candidatos. Por lo tanto, los EEUU quedaban totalmente descartados para intervenir en el conflicto. ·En segundo lugar, la crisis del coronavirus ha desestabilizado a medio mundo, y consigo a la Unión Europea, uno de los territorios más afectados del planeta. Debido a ello, la UE no tenía ni las ganas ni las capacidades para administrar el conflicto. Por lo tanto, los estados que conforman el Grupo de Minsk de la OSCE: Rusia, Francia y los Estados Unidos, quedaron prácticamente descartados para poder solucionar o intervenir en el conflicto. Rusia es el único estado que tiene capacidad de intervenir y/o mediar, ya que el tema le toca de cerca. Pero el país se encuentra en una encrucijada, ya que por un lado tiene un acuerdo militar de cooperación y ayuda con Armenia, que implica que Rusia intervenga para dar apoyo al país sí algún otro estado lo ataca. Y por otro lado, Azerbaiyán es un actor muy importante en la región y socio comercial del país. Sabiendo esto, y que además Azerbaiyán destinó casi cuatro veces más en gasto militar durante la época compresa entre 2009 y 2018 que Armenia, vamos a analizar un poco como se desarrollaron los hechos y como transcurrió la guerra. Azerbaiyán lucharía por las tierras que le fueron arrebatadas en el 1994 y que sí Armenia quería la paz, debía retirar-se incondicionalmente de las zonas ocupadas Tal como ya hemos dicho anteriormente, la guerra empezó el 27 de setiembre, y todo apunta a que Azerbaiyán inició los ataques, pero también cabe la posibilidad de que Armenia lanzara un ataque defensivo para repeler un posible ataque azerí. Cinco horas después del inicio de la guerra, el Primer Ministro armenio Nikol Pashinyan, declaró la ley marcial y la movilización general en todo el país. Eso implicaba que todos los hombres mayores de edad serían llamados a filas para ir al frente a luchar, y que el país cerraba fronteras. Frente a esta declaración, el homólogo azerí Ilham Aliyev, dejó clara la postura del país: Azerbaiyán lucharía por las tierras que le fueron arrebatadas en el 1994 y que sí Armenia quería la paz, debía retirar-se incondicionalmente de las zonas ocupadas. La guerra trascurrió tanto por tierra como por aire. Debemos tener en cuenta que la orografía del territorio del Nagorno-Karabaj es muy montañosa, con unos picos muy marcados, tanto al norte como en el centro de la República, de más de 1000 metros de altura. Debido a eso, los azeríes atacaron por el sur mayoritariamente, en la frontera con Irán. Esa parte es mucho más plana y sin tantos resaltos. Lo que realmente les interesaba a los azeríes de atacar por el sur, era capturar la ciudad de Shushi, la segunda capital de la República de Artsaj, con la que desde allí se puede ver la capital de la región, Stepanakert, y la ciudad más importante culturalmente hablando, y a la vez cortar el corredor de Lachin, el cordón umbilical que une Armenia con Artsaj. Poco a poco el ejército de Azerbaiyán fue ganando terreno por el sur y fueron cayendo ciudades importantes como Jebrayl o Hadrut. Mientras, el ejército de Armenia junto al de la República de Artsaj iba retrocediendo bajo el fuego azerí. Todo esto pasaba mientras el Primer Ministro Pashinyan alentaba a sus ciudadanos con promesas no factibles y falsas esperanzas, de que la guerra la tenían bajo control y que iba a dar un trombo e iban a vencer. Viendo la lista de muertos del ejército armenio podemos observar como la gran mayoría son jóvenes soldados nacidos entre el 1998 y el 2001, seguramente hijos de combatientes de la primera guerra por el Nagorno-Karabaj. La guerra fue ganada con mucha superioridad por los drones utilizados por el ejército azerí. Estos drones son de fabricación turca e israelí. Conforme iba avanzando el transcurso de la guerra, se veía que Armenia cada vez estaba más desamparada y que no solo luchaba contra Azerbaiyán, sino que dentro de las filas azeríes también se encontraban mercenarios sirios enviados seguramente por Turquía. A parte de dicho problema, también se enfrentaban a armamento turco e israelí de última generación, los drones. Una “ayuda” al país del Cáucaso a cambio de petróleo. Aéreamente hablando, la guerra fue ganada con mucha superioridad por los drones utilizados por el ejército azerí. Estos drones son de fabricación turca e israelí. El principal modelo turco es el Bayraktar TB2, un dron de reconocimiento y de combate. Con unas midas estándares, de 12 metros de envergadura y 6,5 metros de longitud, y un aguante de 24 horas, este dron fue utilizado por el ejército azerí para bombardear posiciones armenias. Pero el gran enemigo a batir fue el Iai Harop. Un dron producido por las Industrias Aeroespaciales Israelís y que con sus diminutas midas, 3 metros de envergadura y 2,5 metros de largo, es capaz de sobrevolar el objetivo sin ser reconocido. Se trata de un dron kamikaze que es capaz de anular las defensas antiaéreas del enemigo, y así lo hizo en el Nagorno-Karabaj. Ante todo esto, el 26 de octubre entró en vigor el primer alto al fuego entre las partes, gracias a la mediación de los Estados Unidos. Una tregua muy pobre y como ya era de esperar, al cabo de pocas horas este alto al fuego ya se había roto, y los dos países se acusaban mutuamente de haber violado la tregua. Una tregua que para Armenia hubiera sido un respiro, con todo lo que estaba pasando, pero que para Azerbaiyán era más bien una pérdida de tiempo hacía la recuperación del territorio perdido en el 1994. La guerra siguió su curso y las tropas azerís iban ganando terreno, bombardeando Stepanakert, la capital de la región, y acercándose a Shushi, una ciudad clave como hemos visto anteriormente. A estos efectos, con más de tres mil muertos, y cuando el ejército de Azerbaiyán finalmente ocupó Shushi, Rusia intervino y medió para que los dos países aceptaran un acuerdo de paz duradero. Se debe tener en cuenta también que horas antes del acuerdo de paz, el ejército azerí derribó un helicóptero ruso que pasaba por el frente. Esta acción puede que precipitara la firma de Azerbaiyán al alto al fuego. Este acuerdo, compuesto de nueve puntos, afirma que Armenia se retirará, aparte de las regiones recuperadas por Azerbaiyán, de la región de Kalbajar y de Lachin, las dos al norte-oeste del país. Debido a esto, ciudadanos de dichas regiones empezaron a quemar sus casas y sus pertenencias ante la llegada del ejército azerí, con la consigna de si aquí no puede vivir mi familia, no vive nadie. Además acuerda que unas dos mil tropas de paz rusas se desplegarán a lo largo de la región para salvaguardar la paz, y a la vez asegurarán el corredor de Lachin entre Armenia y la región de Artsaj. Estas tropas se mantendrán a lo largo del territorio durante un periodo de cinco años, renovables si los dos países están de acuerdo. A su vez, Azerbaiyán dejará entrar tropas turcas a las regiones previamente ocupadas, un gesto visto como una provocación por Armenia. Una vez firmado el acuerdo de paz, los ciudadanos armenios, enfadados con la firma y la gestión del gobierno de Pashinyan y de Harutyunyan, Presidente de la República de Artsaj, salieron a las calles a manifestarse. Esta guerra la ha ganado Azerbaiyán, aún con más de dos mil soldados muertos, con la recuperación de territorios perdidos en la primera guerra por el Nagorno-Karabaj, pero con un problema añadido: Turquía le ha dado mucho apoyo logístico y ahora quién tiene un gran poder sobre el país es esa nación. Rusia ha conseguido lo que no pudo hacer en el 1994, desplegar tropas en la región y así poder controlarla medianamente. El tercer vencedor es Turquía, que se desplegará en la zona y a la vez tendrá un peso importante en la política exterior azerí, sobre todo pensando en una futura guerra dentro de cinco años en el territorio. Y por último, y la gran derrotada, es la República de Armenia junto a la República de Artsaj. Miles de armenios muertos, decenas de miles de desplazados, y sin ningún apoyo internacional. Una derrota que hace mucho daño a la población armenia. Una vez firmado el acuerdo de paz, los ciudadanos armenios, enfadados con la firma y la gestión del gobierno de Pashinyan y de Harutyunyan, Presidente de la República de Artsaj, salieron a las calles a manifestarse. Encabezadas por la oposición, esas manifestaciones acabaron con la ocupación del parlamento de Armenia y la agresión a su presidente, que tuvo que ser operado de urgencia. Pashinyan se tuvo que exiliar a Rusia durante esas manifestaciones. Esta semana se ha levantado la ley marcial y a las pocas horas ya ha habido multitudinarias protestas en el centro de la capital del país, Ereván. En conclusión, Azerbaiyán ha podido recuperar territorio perdido en la guerra de 1994 gracias, principalmente, a Turquía. Rusia tiene la oportunidad de desplegar tropas en la región y Armenia es derrotada estrepitosamente. Veremos si dentro de cinco años, con la posible retirada de las tropas rusas, que seguramente será así porque el ejército azerí tendrá la intención de ocupar toda la región ahora que lo tiene favorable, la guerra se vuelve a encontrar en el Cáucaso. Redactado por Jordi Solé Codina. BIBLIOGRAFIA
BBC News Mundo. (2020, 11 noviembre). Nagorno Karabaj: cómo Rusia ayudó al acuerdo en el conflicto entre Armenia y Azerbayán y asumió «control total» sobre el terreno. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-54903249 Imparcial, E. (2010, 7 septiembre). Nagorno-Karabaj: la guerra que nunca existió. El Imparcial. https://www.elimparcial.es/noticia/70332/mundo/nagorno-karabaj:-la-guerra-que-nunca-existio.html Márquez, J. G. (2020, 26 octubre). La Segunda Guerra de Nagorno Karabakh. Descifrando la Guerra. https://www.descifrandolaguerra.es/la-segunda-guerra-de-nagorno-karabakh/ Tsonev, B. (2020, 11 noviembre). Nueva escalada de tensión entre Armenia y Azerbaiyán. ¿Qué ha sucedido? ¿Cuál es el origen del conflicto? 14 Milímetros. https://14milimetros.com/nueva-escalada-de-tension-entre-armenia-y-azerbaiyan-que-ha-sucedido-cual-es-el-origen-del-conflicto/ Zurcher, C. (2009). The Post-Soviet Wars: Rebellion, Ethnic Conflict, and Nationhood in the Caucasus. New York University Press. Dos semanas después de los comicios más retransmitidos a nivel mundial, urge llevar a cabo un análisis postelectoral que contemple no sólo las dinámicas de voto, sino las lógicas sociales que se esconden tras las mismas. Antes de emprender esta tarea, resulta aclarador recapitular y considerar qué ha ocurrido en el país norteamericano. En resumen, Joseph. R. Biden es el nuevo Presidente electo de los Estados Unidos de América, se ha hecho con 306 votos electorales de los 270 necesarios para ganar, aunque no ha conseguido esa ansiada mayoría en la Cámara Alta – el Senado – lo que ralentizará, e incluso bloqueará, que el demócrata pueda sacar adelante sus medidas estrella en materia medioambiental, de salud y de empleo. Por su parte, Donald J. Trump, que optaba a la reelección, no ha sufrido un rechazo considerable pese a haber perdido estas elecciones; es más, ha conseguido hacerse con más de setenta millones de papeletas, reafirmando su hegemonía en el territorio rural y en las ciudades medianas y movilizando notablemente a sus votantes. Teniendo en mente lo anterior, se va a proceder a analizar los resultados electorales por medio de dos puntos clave que serán recogidos en dos artículos distintos. El primero tratará de penetrar en la demografía y geografía norteamericana con el fin de perfilar el ciudadano medio que ha optado por uno de los dos candidatos principales. Para ello, se usarán tablas y mapas actualizados que recogen los datos de las encuestas a pie de urna de estos comicios y los de hace cuatro años que enfrentaron a la demócrata Hillary Clinton con Donald Trump. En el segundo, que nos ocupará otro artículo, se hará una revisión crítica de la campaña y la posición actual de los republicanos y demócratas, con especial interés en la polarización y la batalla por ver quién se hace con la hegemonía cultural estadounidense.
Partiendo de que en estas elecciones los terceros partidos han tenido mucho menos peso que en las anteriores, vamos a pasar a considerar la primera variable señalada: el sexo. Biden se ha impuesto en las mujeres de manera más holgada que Clinton (+3%) y ha recortado terreno en los hombres (+4%), que siguen optando por el Partido Republicano. Esta brecha entre hombres y mujeres no ha sido siempre tan significativa, fue a partir de las elecciones presidenciales de 1980 donde ambos partidos comenzaron a reafirmar sus posiciones ideológicas en materia social – derechos civiles, homosexualidad o aborto – y las élites conservadoras y liberales entraron en las direcciones republicanas y demócratas respectivamente, afianzando la visión de hombres y mujeres por medio de discursos con un claro marco ideológico y de género. Desde aquel entonces hasta día de hoy la diferencia porcentual entre hombres y mujeres, en palabras de la profesora Elizabeth U. Cascio del Dartmouth College[I], se ha duplicado. La siguiente variable a tener en consideración es la edad, donde Biden ha podido contrarrestar el empuje de Trump en los adultos jóvenes (+4) gracias al apoyo de los jóvenes (+4) y, especialmente, del electorado adulto (+5), que supone un 37% de la población, y el público de la tercera edad (+2). Aun así, se mantiene la división del voto por edad: los menores de 45 siguen siendo mayoritariamente demócratas (pese a que Trump haya recortado en los adultos jóvenes este grupo sigue siendo demócrata) y los mayores de 45 republicanos, pero ahora las diferencias han sido más notables y decisivas: Por qué ha ocurrido esto? Necesitamos introducir otra variable que nos ayudará a entender las razones: el lugar de residencia, donde podemos observar tres datos fundamentales: En las zonas rurales y de pequeñas urbes, con público mayoritario de más de 45 años, es donde Biden ha crecido más (+8), aunque siga siendo terreno pro-Trump. De hecho, gracias al voto rural – pese al crecimiento demócrata – de Ohio o Iowa, representados en el mapa con color verde, Trump ha podido contrarrestar el suave ascenso del voto a Biden en las grandes urbes como Columbus (Ohio) o Des Moines (Iowa). En las grandes ciudades, habitadas por adultos medios-jóvenes, los demócratas arrasan de tal forma que resisten, sin apenas consecuencias, al notorio crecimiento de Trump (+4). De vital importancia, especialmente en estas elecciones, han sido los suburbios, donde vive más de la mitad de la población de todo el país. Están compuestos de jóvenes blancos con estudios, clases medias pudientes y minorías étnicas que se han movilizado considerablemente. Solían ser bastiones republicanos – un ejemplo es el famoso condado de Maricopa (Arizona) donde están los suburbios de Phoenix, de más de un millón de habitantes, que no votaba demócrata en unas presidenciales desde los cincuenta – pero el rechazo a Trump y la campaña permanente de los demócratas han conseguido llevarse el voto decisivo de sus vecinos. El voto según los ingresos familiares el año anterior permite abarcar mejor por qué ha ganado Biden en el extrarradio de las ciudades y sus alrededores: El segundo grupo de ingresos – 50.000$ - 99.000$ - es el predominante en los suburbios y ha frenado la sutil pérdida de los demócratas en: los votantes de rentas muy altas (-6) y en el ligero recorte que ha hecho Trump en los votantes de ingresos inferiores a 50.000$ (la diferencia, a pesar de que sigue siendo favorable a Biden, es de 3 puntos menos con respecto a 2016). El clivaje rural-urbano se ha ido acentuando con el paso de los años hasta convertirse en una realidad que separa dos realidades dentro de un mismo país. Generalmente, el mundo rural y de ciudades pequeñas está habitado por trabajadores y población adulta sin estudios, mientras que los suburbios – esenciales para entender estas elecciones – y grandes ciudades por jóvenes y adultos con estudios. ¿Cómo se vota, por ejemplo, en función de si se posee un título universitario? Seguidamente, urge estudiar el voto en función de la etnia. El mapa nos da ciertas pistas sobre las tendencias del voto étnico: los cubanos e hispanos del sur han dado oxígeno a Trump en Texas y Florida (véase en el mapa), los negros han ayudado a Biden en las grandes ciudades – Atlanta o Philadelphia – pero han votado a Trump más de lo previsto en el mundo rural (véase el Cinturón Negro en Carolina del Norte en el mapa). Por último, los blancos – que fueron el grueso duro de Trump en 2016, especialmente en suburbios y ciudades pequeñas – han votado a Biden lo suficiente como para que, sin haberse hecho con este grupo étnico, haya podido ganar las elecciones (representan el 67% de la población). La mayoría del votante blanco que se ha movilizado por Biden se encuentra en ciudades y suburbios del Mid-West (Pennsylvania, Wisconsin o Michigan), terreno en el que el demócrata ha hecho más hincapié durante su campaña: el precio a pagar ha sido un ligero descenso del voto de las minorías étnicas, que han sido decisivas para que Trump mantenga Carolina del Norte, Texas o Florida. Mención especial al caso de Arizona, estado republicano a nivel histórico que ha votado demócrata en estas elecciones, donde el voto latino – todo apunta a ello – no ha sido tan decisivo como el votante blanco moderado debido a la campaña que Cindy McCain (viuda del candidato presidencial republicano John McCain en 2008) ha hecho por Biden tras las evidentes discrepancias con Trump. Pese a que no disponemos de datos finales acerca del voto en función de la religión, si se han detectado algunas tendencias que han de ser comentadas. Trump sigue manteniendo, aunque ha perdido un 2% (80% en 2016 frente al 78% actual) el voto evangélico protestante blanco, especialmente relevante en el sur del país. Del mismo modo, debido a que no ha concurrido ningún candidato mormón – en 2016 se presentó Evan McCullin – Trump ha recuperado buena parte del voto de esta comunidad cristiana, tal y como se puede ver en el mapa en los estados de Utah o Idaho. Por su parte, Biden ha mantenido con holgura el voto de los judíos, el de los no creyentes (ya representan el 21% de la población, en 2016 eran el 15% del total) y ha recuperado el voto católico, que fue republicano en 2016. Biden será el segundo Presidente católico de la historia estadounidense, pues sólo J.F.Kennedy lo había sido previamente[II]. Por último, una vez vistas las variables necesarias para entender las tendencias de voto en estos comicios presidenciales. Vamos a considerar brevemente qué asunto ha movido a la gente a participar en mayor medida y en cuál de ellos hay más votantes de Trump y de Biden: A modo de conclusión, vamos a recapitular los datos expuestos con el fin de perfilar, a grandes rasgos, el votante medio republicano y demócrata en las elecciones presidenciales de 2020. - Rasgos generales del votante republicano de 2020 en base a los datos expuestos: Más hombres que mujeres, preponderan más los blancos que aquellos que pertenecen a las minorías étnicas, aunque en estos últimos han ganado un ligero apoyo. Suele haber cierto equilibrio en cuanto a la renta familiar: ganan en los condados más ricos (rentas de más de 100.000$ al año) pero no hay que pasar por alto que muchas rentas medias y bajas optan por los republicanos. Son más sin estudios universitarios que con estudios universitarios, aunque no es una diferencia sustancial. Son mayoría en el público que supera los 45 años de edad y en el ámbito rural y de ciudades pequeñas. Profesan el cristianismo evangélico-protestante y el cristianismo mormón (Idaho y Utah en el mapa). Se ha movilizado al final de la campaña, le mueven los temas económicos y cree firmemente en su candidato (esto último lo muestra la encuesta a pie de urna de Gallup)[III]. - Rasgos generales del votante demócrata de 2020 en base a los datos expuestos: Más mujeres que hombres, más adultos-jóvenes que mayores de 45 años, mayoritarios en las minorías étnicas – especialmente en los votantes negros - y han crecido exponencialmente en los suburbios donde habitan blancos con estudios universitarios y rentas medias. Muchos viven en las grandes ciudades, poseen ingresos familiares ligeramente mayores o inferiores a 50.000$ al año. No son especialmente religiosos, aunque tienen mejores datos en el cristianismo católico y, especialmente, en los judíos. Se han movilizado al principio de la campaña, le mueven tanto los temas económicos como sanitarios-sociales, creen en su candidato, pero han votado también en base al rechazo que les genera Donald Trump, especialmente las mujeres blancas del Mid-West[IV]. Redactado por Rafael Andrés Zambrana Pérez. LISTA DE REFERENCIAS:
[I] https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2020/02/how-women-became-democratic-partisans/606274/ [II] https://news.gallup.com/opinion/polling-matters/324410/religious-group-voting-2020-election.aspx [III] https://news.gallup.com/opinion/polling-matters/324410/religious-group-voting-2020-election.aspx [IV] https://www.youtube.com/watch?v=nkjj8rqxbP8 Los estadounidenses elegirán a su futuro presidente el tres de noviembre. En una atmósfera convulsa debido a los estragos que la COVID-19 está dejando por la primera superpotencia mundial, resulta aclarador desglosar algunas de las claves que se esconden detrás de las encuestas y los cambios demográficos del país norteamericano. El sistema de elección presidencial de Estados Unidos es indirecto. Cada estado, dependiendo de su población, aporta un número de compromisarios. Los compromisarios emitirán un voto electoral por el candidato ganador en sus respectivos estados. Por ejemplo, California – el estado más poblado – cuenta con 55 compromisarios que han de votar por quien gane allí el voto popular. En el extremo opuesto, Wyoming – el más deshabitado – aporta 3 compromisarios que deberán emitir también su voto por el candidato que haya resultado victorioso en este estado de la deep America. Hay un total de 538 compromisarios (535 de los 50 estados más los 3 del Distrito de Columbia), por lo que se necesitan, como mínimo, 270 de sus votos electorales para ser elegido presidente. He aquí un mapa con el número de compromisarios por estado. Hay territorios claramente demócratas y republicanos, como Vermont y Oklahoma respectivamente. No obstante, la singularidad de la política estadounidense reside en que hay otros estados que se consideran bisagra o swing states dado que no hay una tendencia fija en el voto. Tratar de predecir qué va a ocurrir en ellos es bastante complicado puesto que los resultados suelen ser bastante igualados, lo que permite decantar la balanza por un candidato u otro y, consecuentemente, decidir las elecciones. En estos comicios, huelga mencionar los siguientes swing states con sus correspondiente número de compromisarios: Arizona (11), Florida (29), Georgia (16), Iowa (6), Michigan (16), North Carolina (15), Ohio (18), Pennsylvania (20), y Wisconsin (10). Llegados a este punto, ¿qué dicen las encuestas? Según la web recopilatoria de sondeos FiveThirtyEight, la media de los resultados de todas las que se han realizado hasta el pasado 25 de octubre señalan que el candidato demócrata Joe Biden mantiene una ventaja de 9.2 puntos con respecto al vigente presidente republicano Donald Trump. Partir de una pole position no es sinónimo de ganar las elecciones: Clinton estaba, también a finales de octubre, en la delantera por 4 puntos de media en 2016 y Romney estaba parejo al expresidente Obama en 2012; sin embargo, hay una serie de datos y factores que indican cómo Biden parece estar haciendo mejor los deberes en su camino hacia la Casa Blanca. Vamos a comparar el resultado medio que indican las encuestas a día de hoy, tanto en clave nacional como en los estados bisagra, con respecto a la misma fecha en 2016. Salvo Arizona y Iowa, Clinton lo tenía bastante favorable en la recta final de la campaña de 2016 pero, a falta de diez días para los comicios, comenzó a perder popularidad como consecuencia del escándalo de los e-mails y, ya en noviembre, estos estados se fueron tiñendo de rojo. Finalmente, Trump se hizo con todos los de la tabla anterior y fue elegido presidente pese a tener casi tres millones de votos menos - a nivel nacional - que la candidata demócrata. El actual presidente se impuso en la mayoría de estos estados por una diferencia casi imperceptible – incluso con una ventaja menor del 0.7% en algunos como Wisconsin o Michigan – pero suficiente para ganar todos sus votos electorales. Veamos el resultado de las elecciones presidenciales de 2016. ¿Fallaron las encuestas? Realmente, el cómputo nacional fue previsto con relativo acierto teniendo en cuenta el margen de error, pues Clinton ganó el voto popular 65 millones versus los 62 millones de Trump. No obstante, no se hizo especial hincapié en una serie de estados del Midwest – Pennsylvania, Wisconsin, Ohio y Michigan – que desequilibraron la balanza hacia el republicano Trump por muy poco margen salvo en Ohio, donde se impuso con mayor holgura. En resumen, supieron predecir quién iba a ganar el voto popular pero no quién iba a salir victorioso en los estados bisagra. Con el fin de evitar estos errores del pasado, a día de hoy las empresas demoscópicas más reconocidas del país norteamericano – Siena, Marist College y ABC News, valoradas con A+ – están haciendo un seguimiento exhaustivo de la tendencia de voto en estos estados. Si Biden mantiene aquellos en los que se impuso Clinton en 2016, escenario que no parece descabellado, y recupera Wisconsin, Pennsylvania y Michigan, que votaron por Trump por un puñado de miles de votos, sería elegido presidente, de ahí que esté haciendo la mayoría de sus actos de campaña por esta zona (especialmente Pennsylvania, con diez visitas desde la Convención Demócrata de este verano). Vamos a mostrar un par de mapas en los que se representan dos escenarios distintos. En el de la izquierda, se repite el mismo resultado que en 2016 salvo que Biden ha ganado en Pennsylvania (20 votos electorales), Michigan (16) y Wisconsin (10) – estados que Clinton perdió por la mínima - lo que le da los suficientes votos electorales para ser elegido presidente. En el de la derecha, se muestra lo que las encuestas señalan de media en cada estado, lo que le da una victoria holgada al demócrata por 351 votos electorales respecto a los 187 que obtendría Trump. Las empresas demoscópicas no quieren estar otra vez en el punto de mira, están trabajando con mayor pulcritud con respecto a los pasados comicios, y Biden parte con una holgada ventaja. No obstante, huelga subrayar dos hechos diferenciadores con las encuestas de hace cuatro años. En primer lugar, tal y como señala Mark McKinnon en Vanity Fair, en los distritos periféricos de las grandes metrópolis de población blanca de clase media, Biden tiene 10 puntos más que Clinton, destacando el caso del condado de Collin en Texas (1 millón de habitantes), a las afueras de Dallas, que votó por el republicano Romney en 2012 por más de 30 puntos de diferencia y que, en estas elecciones, podría teñirse de azul. En segundo lugar, en el ratio aprobado – suspenso, Trump tiene un saldo negativo del 10% de media según FiveThirtyEight; es decir, el 45% aprueba su gestión y el 55% la suspende. Lo relevante es que, en casi la totalidad de los swing states donde ganó cuatro años atrás, la mayoría de la población suspende al presidente, lo que parece favorecer al candidato demócrata. La pandemia de la COVID-19, así como los problemas sociales relacionados con la brutalidad policial están agitando las dinámicas de votos y pronosticando un más que probable aumento de la participación en territorios altamente disputados. A día 26 de octubre, casi setenta millones de estadounidenses han votado ya de manera anticipada, con un incremento considerable del voto joven. Por último, algunos estados han sufrido grandes cambios demográficos debido a los flujos migratorios y al aumento de población con estudios universitarios que se han asentado en las grandes ciudades de los mismos. Un ejemplo es Arizona, bastión republicano que, en los últimos 70 años, sólo ha votado una vez a un candidato demócrata: Bill Clinton en 1996. En Phoenix, su ciudad más poblada, y su extrarradio ha aumentado considerablemente tanto la comunidad hispana como aquella con un graduado universitario. Aparentemente, Biden puede hacerse con la gesta y ganar en un deep red state que aporta 11 votos electorales decisivos. Además de Arizona, los cambios generacionales y poblacionales en Georgia, North Carolina e incluso Texas pueden ser de gran utilidad para los demócratas. Por el contrario, Ohio, que ha perdido a un grueso considerable de su población urbana y joven demócrata, parece estar convirtiéndose en un terreno óptimo para una hipotética victoria republicana. Pese a que todavía queda una emocionante recta final, Biden estar situado en una posición más cómoda. Sin embargo, teniendo en cuenta el precedente de los comicios pasados y la habilidad comunicativa y mediática del actual presidente, no hay nada que se pueda dar por seguro. Todo se decidirá el 3 de noviembre. Redactado por Rafael Andrés Zambrana Pérez. REFERENCIAS: https://www.270towin.com/maps/biden-trump-polling-map https://projects.fivethirtyeight.com/polls/trump-approval/ https://www.elobservador.com.uy/nota/los-cambios-demograficos-en-arizona-que-tienden-a-beneficiar-a-biden-2020102013627 https://www.vanityfair.com/news/2020/10/polling-guru-who-predicted-trumps-2016-win-is-betting-on-biden/amp Se dice que la geografía es el destino y, si uno se para a pensarlo, es una gran verdad. El territorio nos condiciona nos guste o no. Ni Polonia sería tan fácil de invadir de no ser por su geografía, ni España seguramente tendría la diversidad lingüística de la que goza de haber tenido otro tipo de territorio. Lo que hace que Rusia aún siendo enorme tenga problemas para controlar los océanos también es la Geopolítica. Reino unido no es una excepción a todo esto, es más, es un ejemplo perfecto. El ser una isla le permitió seguramente evitar invasiones en su tiempo y esto puede haber dado lugar a otras características. Es precisamente también su territorio lo que puede, al menos en parte, explicar el sentimiento de particularidad que este estado tuvo siempre dentro de la Comunidad Económica Europea (posteriormente Unión Europea). Más allá de parecer simplemente un deje de locura por parte de la población británica, existían 2 razones principales para apoyar la “secesión” de Reino Unido de la Unión . Primero y más obvio era el discurso antimigratorio, y segundo pero no menos importante, la soberanía. “Take back control” decía el lema, y es que ciertas decisiones que se delegaba en Europa no estaban gustando mucho a la población británica. Tanto es así que el pasado 31 de Enero, Reino Unido, dejó de pertenecer políticamente a la Unión europea, tras varios años después del referéndum del 23 de junio de 2016. El resultado de este último, apretadísimo, resultó en un 51.9% en favor de salir de la unión contra un 48,1% que votó a favor del “remain”, y aún así tanto la zona del Gran Londres, como Escocia, como Irlanda del Norte en su totalidad o Gibraltar apoyaron en su mayoría el “remain”. Comenzaba así un arduo proceso aún no concluido de años con enormes consecuencias. La 1era y más inmediata fue la dimisión de David Cameron como primer ministro, además de una caída en el valor de la Sterling Pound como hacía años no ocurría. Debido a la inestabilidad política que había, quien hubiera sucedido a David Cameron como jefa de gobierno, Theresa May, convocó elecciones para el 8 de junio de 2017 con el objetivo de poder así contar con un liderazgo más fuerte. No obstante no sólo no ocurrió esto si no que se perdió la mayoría absoluta pasando así a depender del DUP, de Irlanda del Norte para conseguir formar gobierno. Las diferencias en cuanto a qué hacer la frontera entre Irlanda del Norte complicaría el proceso. Tras algunas pérdidas desastrosas, Theresa May echa un paso atrás en julio de 2019 dando paso a Boris Johnson, el cual conseguiría mayoría absoluta en la House of Commons en diciembre de ese año. De ahí a donde estamos ahora. Dicho esto, y aunque simbólico-políticamente ya no forme parte de la Unión Europea, habrán de negociarse los términos de esta salida en el denominado proceso de transición, que durará 11 meses y en el que habrán de negociarse cuestiones principalmente comerciales en base a la cual el futuro de las relaciones británico-europeas se verán condicionadas. Algunos cambios superfluos inmediatos serán primeramente que los eurodiputados británicos perderán sus escaños, o que los pasaportes dejarán de tener el rojo característico de los miembros de la Unión y pasará a tener su color azul clásico. En este proceso de negociaciones principalmente comerciales que durará entre 31 de Diciembre habrá de alcanzarse un acuerdo, en cuyo caso comenzará en 2021 la nueva relación económica y política de Reino Unido con la Unión y en caso de que no, el proceso tendrá un resultado diferente. Todo parece indicar que más allá de que exista una voluntad para llegar a acuerdos, el hecho de que Reino Unido no quiera cerrarse otros mercados dificultará los procesos de negociación. Un ejemplo de esto es la antigua Commonwealth, posible mercado o el mismísimo Estados Unidos. En juego están también las relaciones jurídico-policiales. ¿Qué futuro depara a Reino Unido? El tiempo lo dirá. Redactado por Eric Macpherson.
Kurdistán es un territorio situado entre Siria, Irán, Irak y Turquía. La historia de su pueblo se remonta a miles de años atrás pero es tras la primera guerra mundial cuando comienza su lucha política de reconocimiento. El 1920, con el Tratado de Sèvres, se vislumbra la creación de un Estado Kurdo pero ante el rechazo de los líderes turcos se abandonó tal proyecto. Con el Tratado de Lausana de 1923 el Kurdistán se dividió entre las cuatro partes correspondientes a los cuatro estados colindantes. Las revueltas se materializan cuando el estado turco niega la realidad del Kurdistán, prohibiendo su lengua y rechazando cualquier tipo de intento de independencia por parte de los kurdos. Como respuesta al sometimiento del pueblo kurdo, en 1978 se crea el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con Abdullah Öcalan como líder. En sus inicios, fundado en una base marxista-leninista, el partido se enfrentó a Turquía con el objetivo de construir un Estado Kurdo independiente. Al agotarse cualquier vía legal posible y ante los reiterados actos de violencia del gobierno turco contra los kurdos, el PKK cogía las armas y comenzaba la lucha armada con la guerra de guerrillas y los atentados contra el estado. En 1980, sin embargo, Turquía se ve inmersa en un golpe militar. Muchos de los integrantes del PKK fueron asesinados en las cárceles pero otros consiguieron fortalecer el movimiento organizándose y formándose. Durante los años venideros se intenta una nueva estrategia, declarando altos al fuego y buscando algún tipo de negociación con el gobierno. Estos intentos fracasan y continúan los encarcelamientos y asesinatos de kurdos por parte del estado turco. En el caso de Siria, el partido contaba con cierto apoyo del estado pero tras el Acuerdo de Adana con Turquía, Öcalan debe huir del país. Un año después, el líder del PKK es detenido en Kenia y su detención dura hasta nuestros días. Actualmente Andullah Öcalan lleva encarcelado y condenado a cadena perpetua por terrorismo y separatismo 21 años en la isla de Imrali. En este periodo se ha prohibido en numerosas ocasiones la visita de sus abogados y familiares, a pesar de que la salud de Öcalan se vio empeorada. Fue en esta época cuando el PKK inicia un proceso de revisionismo y autocrítica. El líder pide el cese de la lucha armada y comienza a desarrollar los principios de la nueva ideología del partido, el confederalismo democrático. Se abandona la búsqueda de la creación de un estado kurdo, rechazando el centralismo e incluyendo la idea de organización basada en el consenso. Se considera que “el Estado usa la coerción como medio legítimo. Las democracias se apoyan sobre la participación voluntaria”[1] Cabe destacar que es el pueblo kurdo el que pone en práctica en lugares como Makhmur, Bakur, Qandil o Rojava esta revolución mediante un sistema de comunas y democracia radical. En cada una de ellas, se debaten cuestiones importantes para el pueblo que van ascendiendo, pasando por las asambleas de barrio y por último la Asamblea del Pueblo, con comités de salud, educación, comunicación, economía.... Cada asamblea cuanta con sus propias comisiones y comités que trabajan de forma coordinada en materias cruciales para el desarrollo y vida en comunidad. Paralelamente, existen asambleas como la de la Mujer o la de los Jóvenes, con competencias propias. Es importante recalcar que cada asamblea cuenta siempre con dos copresidentes, teniendo que ser un hombre y una mujer. Las propuestas se debaten y se eligen por consenso promoviendo la plena participación de los ciudadanos. El confederalismo democrático incluye en sus bases pilares de vital importancia como el ecologismo o el feminismo. Öcalan escribía en su libro Confederalismo Democráticoque los Estados-Nación emplean el sexismo como herramienta para mantener su poder. Considera que las mujeres son usadas como mano de obra barata y son observadas como meros objetos para la reproducción. El capitalismo y el Estado-Nación trabajan de manera coordinada declarando al hombre como dominante. Es por esta misma razón por la que en Kurdistán, el Movimiento de Mujeres Kurdas desarrolla lo que se conoce como Jineolojî, o “cienca de las mujeres”. Mediante la creación de academias, comités y facultades, se estudia la realidad de la mujer y la forma de desarrollar una vida libre sin opresión. En estos lugares se analizan ámbitos como la ciencia, economía, mitología, política, salud o historia para entender la conexión con la libertad de las mujeres. Este conocimiento se lleva paralelamente con un movimiento revolucionario, sobre todo en Rojava, para conseguir una convivencia libre y comunal. Es de gran interés estudiar y escuchar la ciencia del Jineolojî ya que aporta una visión nueva que se aleja de lo que comúnmente entendemos en occidente pero que es perfectamente compatible para una lucha colectiva de mujeres. Al hablar de Kurdistan son muchos los temas y las menciones que podríamos hacer pero para ello, deberíamos escribir algo más que un artículo. Son muchos más los partidos políticos de Kurdistán a parte del PKK que luchan dentro de la esfera política por el reconocimiento de autonomía de su territorio. Sin embargo, es el pueblo, en distintas ciudades y montañas, el que lleva a cabo la resistencia contra los ataques de Turquía y del DAESH y el que pone en práctica la ideología del confederalismo democrático siendo un ejemplo para el resto del mundo. Es en esta lucha donde entran en juego las milicias YPJ e YPG (“Unidades Femeninas de Protección” y “Unidades de Protección Popular”, respectivamente), que forman parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF). Han desempeñado un papel crucial en la lucha contra el ISIS al liberar territorios como Kobani (ciudad dentro de Rojava) y a la vez, promulgando los valores del pueblo kurdo. Cabe destacar que EEUU apoyó está lucha y una vez concluida, retiró sus tropas sin previo aviso dejando a los kurdos desconcertados y ante un peligro de ataque por parte de Turquía. Mientras que menos de una docena de soldados estadounidenses fueron asesinados, 11.000 soldados kurdos murieron derrotando al Estado Islámico. En Rojava, zona siria con mayoría kurda, concretamente se está llevando a cabo una revolución basada en los principios ideológicos del confederalismo democrático al mismo tiempo que se lucha contra el fascismo. El 9 de octubre de 2019 Turquía lanzó una ofensiva militar contra esta zona, con el fin de exterminar a los kurdos que conviven y luchan contra el Daesh. Con la inestabilidad del territorio, un reavivamiento de las células del Daesh es posible, cosa que las fuerzas kurdas advierten desde hace tiempo. Es importante añadir que muchas de las armas empleadas de Turquía tienen marca española ya que es el segundo comprador de armas en nuestro país. La lucha kurda, aun siendo silenciada por los países occidentales, reunió en una larga marcha a más de cien internacionalista, con el objetivo de apoyar y visibilizar su causa. En esta marcha, realizada desde 2017 coincidiendo con el aniversario de la detención del líder filosófico Abdullah Öcalan, se podían escuchar gritos tales como ¡Jin, Jiyan, Azadî!(¡Mujer, vida, libertad!), ¡biji serok apo! (larga vida al Presidente Apo)… Los cánticos también tenía influencias internacionalistas, pues además se escuchaban clamores como ¡El pueblo unido jamás será vencido!, ¡Alerta antifascista!, ¡A-anti-anticapitalistas!... La marcha comenzó en la ciudad de Luxemburgo y terminó en Estrasburgo junto a distintas marchas que también habían estado recorriendo Europa. La unión se llevó a cabo en una masiva manifestación. Cabe destacar que aparte de los seminarios, proyecciones, debates y conciertos, que podíamos concebir como un aprendizaje teórico, la propia marcha se organizaba en comunas y esto sirvió a los internacionalistas a comprender y poner en práctica una parte fundamental del sistema político que se utiliza en Kurdistán. Los internacionalistas no solo nos familiarizamos con el conflicto en Oriente Medio, sino que nos empapamos de diversas culturas y pudimos aprender sobre otras luchas que se estaba llevando a cabo en distintas partes del mundo. México, Canadá, Ecuador, Suecia, Irán, Alemania, Australia, España…son solo algunos de los tantos países que participaron, y que tuvieron la oportunidad en varias ocasiones para explicar por qué se encontraban en la marcha y de esta manera tejer lazos revolucionarios con proyectos de distinta índole. Personalmente, nuestra sensación al finalizar la marcha fue totalmente favorable puesto que la experiencia nos enriqueció tanto política como individualmente. Creemos firmemente en el movimiento internacionalista ya que solidarizarse con un pueblo y una lucha aparentemente lejana pero cuyos valores podrían y deberían aplicarse en otros territorios, es un acto necesario. Siempre recordaremos nuestra historia brigadista e intentaremos estar a la altura de las luchas venideras contra los atentados a la dignidad humana. Por tanto, solo nos queda añadir: ¡Jin, Jiyan, Azadî! Redactado por Paula Mercader y Jara Cegarra.
La situación del Partido Demócrata era y es complicada, debe de encontrar al candidato capaz de vencer a Donald Trump, labor en la que ya Hillary Clinton falló. No es raro que, en Estados Unidos, el presidente repita su mandato, gobernando 8 años. Pero no solo es que el ciclo del actual presidente no haya acabado, Trump estaba hasta hace poco en una situación muy ventajosa. En esta línea, las primarias del Partido Demócrata pretendían encontrar al individuo presidenciable. O más bien eso es lo que debía hacer. Ya en los caucus de Iowa, el establishment parecía aglutinarse en Pete Buttigieg, quién por cierto tenía una fuerte relación con la empresa encargado del recuento que fue un desastre y que le granjeó duras críticas al partido. ¿Era de verdad el exalcalde de South Bend un candidato presidenciable, o realmente se le apoyó en los primeros Estados con el objetivo de sangrar al que se estaba erigiendo como potencial ganador, Bernie Sanders? Realmente la respuesta ya da igual. Buttigigeg ya se ha retirado de las primarias y ha expresado, como otros tantos candidatos, su apoyo a Joe Biden. La situación parecía favorable para Bernie Sanders, que llegó a ganar algunos estados, pero actualmente quien tiene más delegados es Biden. De cualquier manera, se debe reconocer el apoyo que ha ganado Sanders, especialmente entre la gente joven, lo que es muy notorio teniendo en cuenta que este se define a sí mismo como socialista en un país donde el liberalismo es absolutamente hegemónico. Sin querer entrar demasiado en como Joe Biden ha remontado la situación, es evidente que ha logrado el apoyo del llamado establishment. Esta afirmación no es baladí, y es que Biden ya fue vicepresidente durante el mandato de Barack Obama y en comparación a su rival, Sanders, representa unos valores mucho más moderados y de continuidad. Adicionalmente, creo que es notorio como la mayoría de los otros candidatos de las elecciones primarias han terminado dando su apoyo a Biden. Si bien empezó con unos resultados francamente decepcionantes, logró imponerse en el Supermartes y en estados como Carolina del Sur. A esto se sumó el apoyo del resto de candidatos moderados (es decir, la mayoría) de las primarias demócratas. Pete Buttigieg, Amy Klobuchar, Beto O’Rourke, Kamala Harris y hasta el fugaz multimillonario Michael Bloomberg. En cambio, dentro del ala “progresista” creo que se puede afirmar una falta de apoyo a Bernie Sanders, con un perfil más izquierdista, por lo menos por parte de Elizabeth Warren, que se retiró de las primarias pero que no mostró apoyo a ningún candidato. Ya sobre estos mimbres, la cuestión seguía en el aire, ¿en unas potenciales elecciones podría Joe Biden ganar a Donald Trump? No creo que todo el apoyo que Biden ha recibido se articule en torno a esta cuestión, hay una clara oposición a Sanders y lo que representa. Pero en medio de esta tesitura, una pandemia ha irrumpido el juego político. El COVID-19 ha alterado como es natural el escenario que se planteaba, y es curioso que el candidato que ofrece una sanidad pública entre sus propuestas no sea el vencedor. Es cierto que, en Estados Unidos, determinados sectores por cultura política y por la influencia de potentes lobbies de seguros han sido y son privados, pero la crisis del brote de coronavirus ha llevado a la acción. No solo en el país americano, sino en el resto de los países que están sufriendo el virus parece que se ha instaurado una “racionalidad médica” que entiende que para combatir el virus de la mejor manera se requiere un fuerte sistema sanitario. El propio Donald Trump tomó medidas hace unos días con el objetivo de paliar los efectos de la crisis y de combatir la enfermedad. Si bien es cierto que los datos parecen indicar que no ha sido suficiente, y el hecho de que Trump se haya echado atrás en estas medidas es horrible, supone un cambio de discurso importante. Dicho esto último, ¿es lógico que el establishment del Partido Demócrata siga apoyando a Biden? Este artículo no pretende ser un alegato a favor de Bernie Sanders, pero el coronavirus será devastador y la forma de reconstruir Estados Unidos desde luego no será el modelo cada vez más desfasado del neoliberalismo económico. En los países de Asia y Europa, se está combatiendo al virus con sistemas de salud fuertes, y una potente intervención del Estado, y Sanders es quién lleva proponiendo programas de sanidad público más tiempo, y ahora más que nunca hacen falta. No obstante, que Sanders derrotara a Trump es un escenario más complejo, y es que el presidente está más fuerte que nunca. Redactado por Juan Ramos. Referencias
https://ctxt.es/es/20200203/Firmas/31064/Mark-Weisbrot-Democratas-elecciones-USA- socialismo.htm#.Xk__U66JZf0.twitter https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51939508 https://elpais.com/internacional/2020-03-08/kamala-harris-sexta-excandidata-democrata-en-apoyar-a-joe-biden.html https://www.theguardian.com/world/2020/mar/18/trump-signs-coronavirus-bill-free-testing-paid-leave https://elpais.com/internacional/2020-03-25/la-popularidad-de-trump-alcanza-su-maximo-en-plena-crisis-del-coronavirus.html https://www.elmundo.es/internacional/2020/03/24/5e7a4432fdddff14738b4641.html |